Angela Velasco García

"Morir, depués de haber sentido todo y no ser nada." Teresa Wilms Montt


Aforismos y axiomas

Eventualmente deambulo,
meditando con las neuronas adormecidas,
a través de esos ojos verdosos,
acentuados por tenues ojeras y leves tonos rojizos,
que entreabiertos; suplican ser besados.

Te alejas de babilonia por esos lentos canales
hasta encontrarnos en las ciénagas de nuestras culturas,
aunadas a la melodía reverberante del tío Bob.

El fondo es casi imperceptible y no importa tocarlo
mientras estemos ebrios de esto,
mientras estemos disléxicos y dónde sólo exista
la tierra prometida, que aunque efímera,
la hayamos innumerables veces.

Pero es posible, si que lo es,
poder palpar el mundo que nos pertenece,
sin el exquisito surrealismo de cuatro y veinte,
podemos, porque esas mismas tablillas que enlazaron
estas bifurcadas vidas, se mantienen inertes y optimistas.
Sí mi amor, sobrevive, nuestro cielo, sobrevive.

Todavía me perturba observar diferencias abismales
y términos difusos entre nosotros.
Estos círculos concéntricos de fantasmas decapitados,
se siguen cavado en ti, y desconozco las razones
por las que te niegas a evitarlos.

Son tan implícitas nuestras afecciones que se
retuercen y agigantan, mudas, hasta hincharse de odio y reventar,
haciendo lamentable el ir poco a poco hallando esas minúsculas
palabras, que distraigan la dirección
de las bombas de tiempo impredecibles.

Pero ya no, ya lo ves, ha sido un peldaño ascendido,
es ahora un montón de carroña que no produce hedor,
y mientras tanto me sigo paseando despistadamente
bajo esos trasfondos rojos y palpables de tus punzantes teorías.

Sin hallazgos positivos, sin ubicar el meollo,
sin volver mis ojos nuevamente a lo infalible, a lo sereno
que continúa reposando porque se siente seguro,
sin todavía agotarse los versos ni los besos, ni su reserva.

Aquellas barcas de papel y prosas coloridas,
la sutil torpeza que mostraba una risa de dulzura en tus labios,
la tibieza de las sábanas encasilladas en paredes que se tildaban
sollozas, y es lamentable que se despinten
y que nuestras extremidades no se esfuercen por sostenerlas,
pero nos hemos vuelto miopes por esas malditas doctrinas.

No es tan tarde, no lo es, así que,
la voluntad no ha expirado amor,
es un segundo episodio de nuestra felicidad,
es una revancha a las vicisitudes,
es una estación duradera.